sábado, 23 de abril de 2016

La obra perdida de Shakespeare "inspirada" en el Quijote de Cervantes

En el libro de contabilidad del tesorero del rey Jacobo I de Inglaterra (1566-1625) hay dos entradas que hacen referencia a una obra de teatro tituladaCardenno o Cardenna.

El escribano registra que fue representada ante la corte y sus invitados, en mayo y julio de 1613, por una compañía teatral identificada como la de William Shakespeare y que se le pagó a la tropa una suma específica por las funciones.

Esa obra está perdida. Pero su autoría, su contenido y la fuente que la inspiró han encendido el fuego de la especulación durante los siglos.

No es para menos.

Varios académicos y críticos literarios concluyen que esa obra perdida se llama "La historia de Cardenio" (o simplemente "Cardenio"), basada en un episodio de la primera parte de Don Quijote de la Mancha y que fue escrita a dos manos por un Shakespeare en el ocaso de su carrera y la estrella ascendente de la dramaturgia de la época, John Fletcher.

Las implicaciones son deliciosas a 400 años de la muerte de Shakespeare y Miguel de Cervantes Saavedra:
  • Que Shakespeare tuviera en sus manos y leyera una traducción al inglés de la obra maestra de Cervantes.
  • Que los dos contemporáneos genios literarios, aunque no se hubiesen conocido físicamente, se hubiesen cruzado en el universo de las letras.
  • Que el bardo de Avon hubiese reconocido en el manco de Lepantoun alma gemela y un talento similarpara adaptar su novela en un drama.
Los escépticos dirán que ese contacto no es posible, teniendo en cuenta las rivalidades entre los dos grandes imperios de la época, Inglaterra y España, y su antagonismo religioso.

O que es producto de una fábula romántica que busca entrelazar íntimamente las vidas de los dos genios literarios, como en la coincidencia de sus muertes casi sincronizadas, cuya fecha tradicional es el 23 de abril de 1616.

Pero hay hechos que no se pueden obviar y que apuntan a la existencia de la elusiva obra.

Además, hay un texto que nos ha llegado del siglo XVIII que, aunque muy adulterado y polémico, tiene rastros detectables de la pluma de Shakespeare, según algunos como Brean Hammond, editor de la casa editorial Arden, que publica las obras del dramaturgo extensamente anotadas.

Suficientes rastros, sostiene Hammond en sus notas, para que Arden recientemente haya incluido dentro de su canon shakespeariano esa disputada obra bajo el nombre de "Doble falsedad o los amantes angustiados".

Encuentro anglo-español

1604 se firmó en Somerset House  el Tratado de Londres, que puso fin a una costosa guerra de 19 años entre España e Inglaterra.

Al año siguiente, 1605, Valladolid fue sede de una visita de Estado de la corte inglesa, donde se ratificó el acuerdo en medio de un festival cultural.

"En ese entonces Cervantes vivía en esa ciudad española, ya había publicado El Quijote y los personajes del ingenioso hidalgo y su escudero Sancho Panza eran famosos y populares", comentó a el profesor de literatura española de la Universidad de Valladolid, Francisco Javier Blasco.

Más abajo podrás leer lo que pudo haber ocurrido en esa cumbre de Valladolid. Pero se puede decir que, a partir de ese momento, en Inglaterra se generó un gran interés por todas las cosas españolas, empezando por su literatura.

"Todo lo español, todo el bagaje de los libros de caballería, de picaresca que se creó en aquel tiempo en España se conoce en Inglaterra casi inmediatamente después de su publicación", explicó José Manuel González Fernández, profesor de literatura inglesa de la Universidad de Alicante.

En 1612 Thomas Shelton publicó su versión en inglés de "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", la primera traducción a cualquier idioma de la novela cervantina.

La compañía teatral de Shakespeare, como muchas otras, se mantenía al acecho de nuevas historias para dramatizar y, para mantener el alto ritmo de producción, muchas veces comisionaban a dos, tres y hasta cuatro autores para colaborar en una misma obra.

No se sabe exactamente cuántas obras coescribió Shakespeare, pero una de sus alianzas más fructíferas fue con John Fletcher, considerado el heredero de Shakespeare como primer dramaturgo de la compañía, y con quien se sabe que colaboró en "Los dos nobles primos" y "Enrique VIII".

"Fletcher hablaba y leía español", observó el profesor González Fernández y, muy posiblemente, "estaba familiarizado con El Quijote en su idoma original".

Shakespeare, por su parte, pudo fácilmente asirse a un texto en inglés, pues gozaba de una conexión personal con el librero que publicó la traducción de Shelton.

¿Inspiración?

Se puede entender cómo el episodio del personaje Cardenio en Don Quijote, un hombre traicionado en el amor, que sufre ataques de locura y se exilia en la Sierra Morena, pudo haber atraído la atención de Shakespeare.
Después de todo, hay muchos elementos paralelos con sus obras anteriores.

Por ejemplo, en "Otelo" y "Cuento de invierno" los personajes principales se sienten víctimas del desamor; en "Hamlet" y "El rey Lear" los protagonistas sufren o fingen locura, y en "Como gustéis" y "Sueño de una noche de verano" la acción se desenvuelve en un bosque.

La supuesta "Historia de Cardenio" no fue incluida dentro del Primer Folio -el volumen que por primera vez recopiló póstumamente las obras de Shakespeare y que fue publicado por dos de sus excolegas en 1623- probablemente por ser considerada una colaboración.

Igualmente sucedió con "Los dos nobles primos" y "Enrique VIII", coescritas con Fletcher, y "Pericles", coescrita con George Wilkins. Pero los textos de estas tres obras sobreviven y fueron posteriormente incluidas en el canon shakespeariano.

Una obra que se llame "Cardenio" o "La historia de Cardenio", si existe, no se ha encontrado todavía.

Sin embargo, en 1653 el elusivo texto (o su título al menos) reaparece en el Registro de Impresores y Libreros, un ente que se formó en el medioevo para regular el comercio de los libros y la industria de la imprenta en Inglaterra.

Humphrey Moseley, un vendedor y editor de libros, deja constancia en el Registro de una serie de escritos y obras teatrales sobre los cuales tiene los derechos. Una de estas, como lo anota el escribano, es "La historia de Cardenio, por el Sr. Fletcher y Shakespeare".

¿Falsificación?

Salvo una repetición de la entrada en el Registro de Impresores y Libreros, no vuelve a haber una referencia a "Cardenio" hasta la producción de "Doble falsedad", en 1727, por el empresario teatral y editor de Shakespeare Lewis Theobald.

Esa obra no menciona a "Cardenio", pero Theobald reconoce que la fuente es Cervantes y que se trata de una versión del período de la Restauración (después de 1660) de la obra perdida de Shakespeare.

Theobald mismo le hace "correcciones" y "mejorías" a ese texto de fines del siglo XVII, para "acercarlo más a Shakespeare", pero no hay constancia del manuscrito original con el que supuestamente trabajó.

La sospecha de una falsificación no puede ser obviada. Así como la posibilidad de que Humphrey Moseley hubiese incluido el nombre de Shakespeare en el Registro de su "Historia de Cardenio" para darle más prestigio.

El tema ha sido debatido hasta nuestros días y encontrar "Cardenio" o "La historia de Cardenio" se ha convertido en el Santo Grial de los estudiosos de Shakespeare.

No obstante, tras un trabajo de "arqueología literaria" con análisis estilísticos, idiomáticos y de sintaxis realizados por investigadores y corroborados por computadora, varios académicos consideran que "Doble falsedad o los amantes angustiados" tiene suficiente "ADN shakespeariano" como para ser aceptada e incorporada dentro de la obra del dramaturgo inglés.

Ha habido varias producciones teatrales modernas que así la presentan -ya sea bajo el título de "Cardenio" o "Doble falsedad"- como obra coescrita por William Shakespeare, inspirada en Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra.

Una muy destacada, bajo la dirección de Gregory Doran de la Royal Shakespeare Company, se subtituló "La obra perdida de Shakespeare reinventada".

¿Qué pasó en Valladolid?

Algunos románticos van más allá de esta conexión literaria y juegan con la remota posibilidad que ambos genios se conocieran durante la visita diplomática de la misión del rey Jacobo I a Valladolid, en 1605.

El patrocinio de la compañía teatral de Shakespeare venía directamente del rey. Se llamaba The King's Men ("Los hombres del rey") y, como tal, la compañía bien pudo haber sido llevada a Valladolid como uno de los tesoros culturales ingleses para presentar a los españoles.

El profesor Francisco Javier Blasco de la Universidad de Valladolid, comentó que no sería imposible que Shakespeare, como actor, dramaturgo por excelencia y accionista en la compañía, estuviera en el séquito.

Tampoco sería extraño que la lumbrera inglesa se topara con la figura literaria del momento en España y que ambos intercambiaran ideas, escritos y planes futuros.

Pero no hay evidencia de eso, aunque el escritor británico Anthony Burgess haya hecho una propuesta interesante en su corta ficción "Encuentro en Valladolid".

A pesar de que una buena parte de la crítica literaria acepta que Shakespeare leyó y adaptó la novela de Cervantes, no hay nada que indique que hubo reciprocidad o que Cervantes haya escuchado alguna vez de un tal William Shakespeare.