sábado, 23 de abril de 2016

Shakespeare y Cervantes: entre el ideal y la realidad

El 23 de abril se celebra el día del libro, en conmemoración de la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, en 1616. No obstante, los maestros de la literatura hispana e inglesa no murieron el mismo día.

Miguel de Cervantes y William Shakespeare vivieron en la misma época y marcaron como nadie la literatura en sus respectivas lenguas, pero sus vidas fueron muy diferentes. Shakespeare, que nació en 1564 en Stratford-upon-Avon, asistió a la escuela de latín más renombrada de su ciudad, donde aprendió las bases de la retórica y la lírica. Cervantes, nacido 17 años antes en Alcalá de Henares, venía de una familia noble empobrecida y estudió teología en la Universidad de Salamanca.

Biografías disímiles

La vida de cervantes fue muy azarosa. En 1569 se fue a Roma, aparentemente huyendo de la justicia española, y sirvió al cardenal Giulio Acquaviva. A los 22 años se enroló en la Marina española y se vio envuelto en la batalla de Lepanto (1571) contra el Imperio Otomano. Fue herido en el pecho y en la mano izquierda, que perdió su movilidad, lo que le reportó el sobrenombre de “Manco de Lepanto”.

Shakespeare, en tanto, no estudió en la universidad. Tras unos años de los que nada se sabe, reaparece en 1592 en un documento de Robert Green, lo que hace suponer que a esas alturas era relativamente conocido. Ya era miembro de la compañía de teatro “Chamberlain's men”, que más tarde fue rebautizada como “King's men”.

El hombre de negocios y el soldado

De ahí en adelante, Shakespeare causó furor con sus obras de teatro y novelas. Cervantes, en cambio, fue apresado cuando viajaba de regreso a casa con la Marina española, y permaneció prisionero en Argel durante 5 años. Tras cuatro intentos frustrados de fuga, recuperó la libertad en 1580, gracias a un rescate que pagó la Orden de los Trinitarios. Sus vivencias en cautiverio se plasmaron en “El Trato de Argel”, que no tuvo mayor eco. Debido a su crónica falta de éxito y dinero, se enroló nuevamente como soldado entre 1580 y 1583. Nunca pudo vivir de la literatura, a diferencia de Shakespeare, que ya en vida gozó de fama literaria y habilidad para los negocios. Tuvo participación en la propiedad del los teatros The Globe y Blackfriars, lo que le permitió ganar bastante dinero.

Cervantes, por su parte, trabajó un tiempo como proveedor de la flota española, pero terminó dos veces preso por negocios fallidos. En la cárcel comenzó a escribir su obra maestra: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

El mejor libro del mundo

La obra tuvo éxito pero el dinero fue a parar a manos de los editores. En 2002, Don Quijote fue elegido el “mejor libro del mundo” por 100 conocidos escritores, en una votación organizada por el Instituto Nobel. En la literatura de Occidente se considera que marcó el nacimiento del género de la novela.

Pese a la distancia geográfica y a las dispares biografías, tanto Cervantes como Shakespeare tematizaron en sus obras la misma pregunta: ¿qué es realidad y qué un sueño? En ambos casos, el conflicto en entre los ideales y la realidad ocupan un lugar central.

Tanto Shakespeare como Cervantes murieron el 23 de abril de 1616. No obstante, el genio de la literatura inglesa dejó en realidad este mundo 10 días más tarde. La razón: Inglaterra utilizaba aún el calendario Juliano, mientras que España ya había adoptado el gregoriano.