miércoles, 7 de diciembre de 2016

Diego Rivera dialoga con Pablo Picasso en museo de Los Ángeles

7 de diciembre, 2016 (Notimex). A 130 años de su nacimiento, el pintor mexicano Diego Rivera (1886-1957) sigue vigente, a través de exposiciones como "Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo", que se presenta en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA). 

De acuerdo con información del LACMA, la muestra está integrada por 150 obras pictóricas, esculturas, grabados y dibujos y estará abierta al público hasta mayo de 2017 en ese recinto, mientras que en junio próximo llegará al Palacio de Bellas Artes, de esta capital. 

La colectiva refleja la formación artística que ambos artistas tuvieron, y que fue muy similar, Diego Rivera en la Academia de San Carlos (México) y Pablo Picasso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde se conocieron en 1914, como lo informó a Notimex Juan Coronel, curador de la muestra y nieto del reconocido muralista mexicano. 

El segundo semestre de 2017 también se montarán las exposiciones “Diego Rivera y la experiencia en la URSS” en el Museo Mural Diego Rivera, y “La gráfica mexicana en los testimonios de Diego Rivera”, en el Museo Nacional de la Estampa. 

Además, el Museo Casa Estudios Diego Rivera y Frida Kahlo, ubicado en la capital mexicana, celebra tres décadas de existencia con la exposición de 189 óleos, acuarelas, estarcidos, fotografías, cartas originales, objetos de arte popular, mobiliario y textiles originales de ambos artistas. 

Diego Rivera, nació el 8 de diciembre de 1886 en Guanajuato, Guanajuato. Fue registrado con el nombre de Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, tuvo un hermano gemelo, José Carlos María, quien murió al año y medio. 

Sus padres fueron don Diego Rivera, maestro rural y editor de un periódico de tendencia liberal, y doña Pilar Barrientos, dedicada al cuidado de su hogar y en 1892 la familia se trasladó a la Ciudad de México, donde vivió de forma permanente, como lo señala su biografía publicada por el Museo Anahuacalli. 

Rivera, quien es considerado uno de los grandes artistas en el ámbito mundial, ingresó en la Academia de San Carlos a los diez años de edad. De inmediato, sus dotes artísticas asombraron a sus maestros. En 1907, a raíz de su primera exposición individual, el gobierno de Veracruz le otorgó una beca de estudios con la que viajó a España. Un año después se instaló en París y ahí conoció a la pintora rusa Angelina Beloff, quien se convirtió en su primera esposa. 

Su estancia de 15 años (1907-1922) en varios países de Europa, principalmente España, Francia e Italia, despertó su interés por el arte de vanguardia y abandonó el academicismo, apunta el portal “biografiasyvidas.com”. Sus obras de este período reflejan, por un lado, un acusado interés por el cubismo sintético (El guerrillero, 1915), asumido en su etapa parisina, y por otro una gran admiración por los fresquistas italianos del Quattrocento (y en especial, por Giotto), lo que motivó su alejamiento de la estética cubista anterior. 

En 1915 nació su hijo Diego, quien sobrevive pocos meses; tiempo después Angelina y Rivera se divorciaron. En 1921 hizo un decisivo viaje a Italia, donde absorbió las enseñanzas de los maestros antiguos, de cuya obra realizó estudios que lo llevaron a idear su propio estilo. 

El pintor, quien se identificaba con los ideales revolucionarios de su país, volvió a México en 1922, en un momento en que la revolución parecía consolidada. Junto con David Alfaro Siqueiros se dedicó a estudiar en profundidad las formas primitivas del arte azteca y de la cultura maya, que influyeron de manera significativa en su obra posterior. 

Así, en colaboración con otros destacados artistas mexicanos del momento como el propio Siqueiros y José Clemente Orozco, fundó el sindicato de pintores, del que surgiría el movimiento muralista mexicano, de profunda raíz indigenista. También se integró al programa cultural encabezado por el ministro de Educación, José Vasconcelos. 

El programa buscaba impulsar las riquezas culturales de México. En 1922 Rivera se casó con Lupe Marín, con quien procreó dos hijas. Se divorciaron en 1928. Con el tema “La creación”, en 1922, Rivera ejecutó en la Escuela Nacional Preparatoria (Anfiteatro Bolívar) su primer mural. Le siguieron 15 más, realizados en México y Estados Unidos, como el polémico “El hombre en la encrucijada” (1933), realizado para el Rockefeller Center de Nueva York y destruido en breve por figurar en él un retrato de Lenin. 

En la serie de murales realizados en 1927 en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, Rivera representó su particular visión de la revolución agraria de México haciendo uso de estereotipos extraídos de la pintura religiosa. De esta época destacan la Alianza obrero-campesino, El reparto de tierras o Revolución-Fructificación, cuyo referente inmediato son Las exequias de San Francisco que se encuentran en la catedral florentina. 

Ambos ciclos murales, el primero de reivindicación nacionalista, el segundo de carácter conmemorativo, encarnan la culminación de un nuevo lenguaje figurativo. Pero donde verdaderamente Rivera creó una imagen visual de la identidad mexicana moderna fue en los frescos que, a partir de 1929, pintó en el Palacio Nacional de México. 

Una de las musas de Diego fue la fotógrafa italiana Tina Modotti, quien aparece en murales como "La tierra dormida", "Germinación" y "Los frutos de la tierra", entre otros. Rivera y Modotti mantuvieron una relación amorosa que perduró hasta 1927, pero el 21 de agosto de 1929, Rivera se casó con Frida Kahlo, una joven pintora 24 años menor que él. Su relación fue muy abierta y extraña, pues ambos se autorizaron a tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. 

En 1939 se divorciaron, pero se volvieron a casar después de un año y esta vez la relación perduró hasta la muerte de ella, en 1954, señala el portal “www.buscabiografias.com”. Junto con Frida Kahlo, Rivera llevó una intensa vida político-cultural. En 1944 pintó su afamado cuadro “Desnudo con alcatraces” y con una magna exposición en el Palacio de Bellas Artes, en 1949 fue homenajeado por sus 50 años de labor artística. 

En julio de 1954 falleció Frida y con el deseo de mantener viva su memoria, Rivera decidió crear el Museo Frida Kahlo. Un año después de la muerte de Kahlo, Diego Rivera contrajo matrimonio con Emma Hurtado, quien era mucho más joven que él y era amiga suya desde hacía 10 años. En 1955 le diagnosticaron cáncer al muralista. 

Pese a su enfermedad, continuó trabajando con vigor. Según su propio diseño, y apoyado por el arquitecto Juan O’Gorman, se concentra en la construcción del Museo Anahuacalli. 

En 1956 Diego Rivera cumplió 70 años y se le rindió un gran homenaje nacional e internacional. 

De su obra destacan su magna producción mural, sus más de tres mil cuadros, los centenares de dibujos, obras gráficas e ilustraciones, así como su rico legado de escritos. El 24 de noviembre de 1957 Diego Rivera falleció en su casa de San Ángel Inn (Museo Casa Estudio Diego Rivera). Está sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres, Panteón Civil de Dolores, Ciudad de México.